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SILVESTRE

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Carreteras secundarias

Detalle de flora silvestre en el campo

Estas son las primeras páginas de este viaje.

Un viaje sin pretensiones por carreteras secundarias. Un viaje que no tiene un tiempo concreto, ni un destino fijo. Un viaje que invita a pararse en lo que nos conmueve y nos emociona.

Aquí comienza Taller Silvestre, tras muchos años de transito por carreteras principales llevando el área de marketing y comunicación de una marca de relojería suiza. Años en los que aprendí muchísimo de gente increíble. Para mí aprender mucho está asociado a trabajar mucho. La experiencia se construye así de alguna manera, aprendiendo y trabajando mucho todos los días. Aprender, asombrarse, preguntarse, no dar por hecho, no dejarse llevar por la inercia.

Pero las inercias se van instalando de alguna manera cuando llevas tantos años en la  misma carretera.  Como cuando vas conduciendo y ya has llegado  a casa. Y si lo piensas, no te has dado cuenta de ninguna de las calles por las que has pasado, es como si llegaras sin ver, tienes automatizado el camino. Y a mí me gusta pararme a mirar. Me gusta pararme a mirar lo que es pequeño, bello y sutil. En los últimos años cada vez tenía más necesidad de parar a mirar, de buscar carreteras secundarias.

Y esta afición a buscar la belleza en lo cotidiano es en realidad la que me trae hasta aquí. Siempre he encontrado belleza en el bosque, en el campo, en el mar. Y siempre he encontrado belleza en los objetos hechos a mano. Taller Silvestre es un encuentro entre ambos. Piezas únicas para la casa realizadas a mano. Piezas que quieren transmitir la poesía del proceso de creación y fabricación , que hablan de la imperfección, la fragilidad, de lo ingenuo y sutil. Y el bosque siempre presente en cada pieza, recordando que es nuestra primera gran casa.
Pila de textiles orgánicos teñidos con tintes botánicos
Jarrón de cerámica hecho a mano esmaltado en tonos verdes
Cestos NIDO de mimbre trenzados a mano
Ensaladera de cerámica hecha a mano llamada la hoja porque tiene una hoja en el centro

Todo suena bonito y bello, pero también tiene una cara B: abandonar la carretera principal para perderse por carreteras comarcales da mucho miedo. Tomar la decisión de hacerlo después de tantos años de ir y venir por el mismo camino, es un proceso que, a veces pienso, no es racional. Es como si la idea de emprender, de repente fuera más fuerte que tú, como si tuviera una existencia independiente. Y un día , sin mucho más análisis , te ves tomando un café con tu jefe y diciéndole que te vas . Y luego se lo vas contando a tu equipo, a otros colegas, a Internacional, a clientes, proveedores… como para convencerte tú también de que realmente vas a hacerlo. Es un poco como cuando dejas de fumar, que a medida que lo vas contando a la gente, el compromiso contigo mismo para hacerlo se va haciendo más fuerte. Los meses en los que conviví con la marcha anunciada fueron duros; despedirse de la gente y de la que ha sido tu vida hasta la fecha es duro. Pero intuyes que es lo que tienes que hacer , aunque te de miedo. Y aprendes a aceptar que durante una época será así y tienes que convivir con el miedo.

Emprender es un camino exigente. Admiro muchísimo a todos los que lo han hecho. Pienso en todos los proveedores pequeños con los que trabajé en el pasado y lo hago con respeto y agradecimiento. También en todas las personas y marcas que he seguido siempre en redes y que hacen un trabajo increíble. Y ahora estoy de aprendiz , celebrando cada pequeña victoria e intentado que cada revés no se me haga bola. Esto último me sale regular.

Escribir aquí es difícil. Escribir sin que el discurso sea demasiado correcto y predecible. Son tantos años dedicada a marketing y comunicación que me he vuelto muy critica con las palabras. Son sospechosas casi siempre. Estamos tan expuestos a tanto contenido, a tantas palabras, a utilizar los conceptos de artesanía, lujo, singular, autentico, etc., con tanta facilidad, que han perdido el sentido verdadero. Por eso cada vez tienen más peso la intuición y las sensaciones. Hay cosas que no sé explicar con palabras, hay cosas que son de ver y sentir, y de aquí viene Taller Silvestre, de lo que no sé poner en palabras.

Flores prensadas en un libro
Jarrón de cerámica hecho a mano modelo AGUA

Taller Silvestre llega así, como el nombre, silvestre, salvaje, inesperado y de una manera muy bella. Y como me faltan las palabras, os invito a que os deis un paseo por la web de esta carretera secundaria. Y confío que encontréis inspiración en los trabajos que salen de este taller a través de las maravillosas fotos del artista Paco Marín y  los dibujos del estudio de  Paul Antón, B+Paul. Pero su trabajo, junto al de Veronica y Hernán Bellina, responsables del desarrollo y diseño web, merecen una entrada única.

Detalle del dibujo original del logotipo de Taller Silvestre

Y así, por estas carreteras secundarias,  pararemos de vez en cuando para contar lo que nos inspira, y es importante para nosotros; el bosque, las artes, la belleza de lo cotidiano,  la vida simple, el trabajo hecho a mano, y lo que vaya aconteciendo.

Y como no siempre tenemos las palabras para hacerlo, abriremos este diario a quién quiera contar sus historias .

BIENVENIDOS.

GRACIAS.

Alina

hola@tallersilvestre.com

Alina Macías nos enseña algunos de los productos de Taller Silvestre

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