Realizado en lino español y teñido a mano en tonos rosas por nuestro taller, paño a paño con Rubia Tinctorum, cuyo nombre viene del color rojizo de la raíz y de la que hay una especie endémica en la isla. Un homenaje a los paisajes de la Ibiza.
Mas allá del objeto, están las historias, el proceso y las personas que forman parte de ese viaje.
Nuestra colaboración con Zubi empezó allá por febrero. Nos sentamos a ver su colección para el verano, inspirada en el Mediterráneo y Las Baleares. Una fantasía muy apetecible, teniendo en cuenta que Filomena nos había visitado hacía poco. Y una maravilla porque ellas entienden que el trabajo artesanal requiere tiempo.
Tiempo para investigar sobre color, hilar una historia que tenga que ver con el paisaje y sus paisanos; ver tejidos , hacer pruebas de color, ver resultados y también tomar decisiones durante el tiempo de juego. Acertar o no.
Trabajamos en varias direcciones, siempre con la vocación del taller de hablar del paisaje. Hicimos pruebas con la corteza de pino carrasco , el pino de Alepo, que da nombre a las Pitiusas. También con palo campeche, para reinterpretar el púrpura de la época Romana. En la Antigüedad, Ebusus fue un centro estratégico del Mediterráneo por sus talleres de púrpura.
Y también con rubia que nos regala en el lino unos colores rosas y corales que nos transportaban directamente a un atardecer. En Baleares hay una especie endémica de rubia, y gustó esa singularidad. Es además un color sólido, una materia tintorea, de las que se denominan de tinte mayor.
Y Zubi hizo la magia con un patrón muy especial que cosieron en sus talleres de Cuenca.