PERFUMERÍA NATURAL
Práctica olfativa
La memoria olfativa se desarrollo oliendo. Para saber oler, lo primero que hay que hacer es oler. Se dice que una persona sana puede aprender a percibir entre 10.000 y 40.000 olores diferentes y los expertos perfumistas pueden identificar hasta 100.000. Estos son algunos “trucos” que nos ayudaran a reconocer y memorizar fragancias:
- Debemos escoger un entorno bien ventilado donde podamos estar a gusto y tranquilos, a una temperatura y humedad adecuadas (ni frío ni calor).
- No perfumarse ese día (fuera cremas y geles de nuestra piel).
- Evitar fumar y tener a mano una taza de café, té, o algo de picoteo.
- No oler la materia prima en estado puro porque resulta demasiado concentrada para nuestras pituitarias y provoca fatiga a nuestro olfato. Siempre hacerlo rebajando el aceite esencial, el absoluto o la esencia sintética en un solvente (normalmente en alcohol de 96 º, diluido al 10% o incluso al 1%, en caso de esencias muy fuertes).
- Utilizar tiras de papel secante específicas para perfumería que se impregnarán con la materia prima que vayamos a oler introduciéndolas directamente en el bote que contiene la dilución (evitar utilizar pulverizadores ya que de esta manera la fragancia se esparcirá por todas partes contaminando el entorno).
- Empezar por los materias primas naturales (aceites esenciales y absolutos) y una vez que los identifiquemos bien, saltar al estudio de los sintéticos.
- La olfacción activa es una carrera contra el tiempo, donde tenemos que intentar atesorar la mayor cantidad de información e impresiones posibles. Cerrar los ojos nos ayudará a concentrarnos y a no distraernos con los estímulos visuales.
- Siempre hay que hacer descansos porque la nariz se satura. Salir al exterior, caminar e inhalar aire puro ayuda a activar la circulación de la sangre que contribuye a despejar la nariz. Oler tu propia piel también ayuda para hacer borrón y cuenta nueva y continuar oliendo.
- Constancia: es mejor un poquito cada día que mucho de vez en cuando.
- La mañana es el momento del día para oler porque es cuando nuestro sentido del olfato se encuentra en su mejor momento.
- Es preferible oler en grupo. Escuchar, intercambiar y comentar con los demás ayuda mucho.
- Resulta muy útil para empezar a reconocer materias primas, practicar aplicando procesos de asociación (comparación), clasificación y búsqueda de nuevos aspectos de cada materia prima que nos llevamos a la nariz.
- En las primeras semanas no pasar de más de 30 materias primas.
- Para desarrollar la memoria olfativa hay que describir cada uno de los olores e ir apuntando todas las impresiones en una libreta. Al principio te resultará muy complicado. Te darás cuenta de que te falta vocabulario. Solemos decir que algo huele bien o mal, pero esto sólo describe una percepción personal de los olores. Los olores y lenguaje no casan del todo bien. La descripción olfativa se nutre en la mayoría de los casos de los otros sentidos (amargo, redondo, húmedo, dulce, etc.) o denominamos el propio objeto en cuestión (café, almendra, limón…). Pero cuando olemos un limón por ejemplo, ¿cómo dirías que huele?: verde, fresco, cítrico, chispeante, volátil…son los adjetivos que te pueden venir a la mente. Es cierto que aunque seamos buenos olisqueadores, probablemente seremos menos buenos describiendo olores. No obstante, como con todo, la práctica es el secreto. Ayuda mucho hacerse preguntas a uno mismo: ¿es este aroma amaderado o cítrico? ¿Es intenso o suave? ¿Me resulta familiar o completamente desconocido?, etc.
- Oler con las dos fosas nasales y posteriormente prueba a oler con cada una de ellas separadamente.
- Toda nota natural tiene su evolución. Cada nota tiene sus propias notas de salida, medias y de fondo. Por eso, hay que oler la misma tira secante impregnada con la nota sometida a estudio al menos 4 veces en 24 horas y anotar su evolución.
EJEMPLO DE FICHA QUE SE PUEDE DESARROLLAR PARA ESTUDIAR CADA NOTA
La ficha se puede completar con información más exhaustiva como:
- Apariencia visual, color, viscosidad, textura, movilidad en el recipiente.
- Año de extracción.
- Proveedor
- Comparar el olor diluido y en puro.
- Intensidad y volatilidad (cambios en la evaporación).
- Secado.