El taller recolecta, prensa y clasifica plantas silvestres. Y compone paisajes que capturan la belleza del bosque. Cada pieza evoca un paisaje, una estación del año, un recuerdo. Cada bastidor sugiere momentos y vivencias ligadas al campo.
Flores y plantas de nuestro paisaje, que forman parte de nuestra memoria, de nuestros recuerdos, de la infancia. La memoria es una cosa extraña, personal, casi mágica, ligada a nuestro entorno. Flores y plantas, pequeñas, humildes, simples. Bellas, la belleza cotidiana, de lo cercano, de lo común. Hinojo, daucus carota, amapola, espliego, romero, brezo, jara…
Es un proceso lento. La recolección en cada estación , con sus colores , sus especies, sus pequeños milagros. El proceso de prensado es minucioso, intentando respetar siempre la esencia de cada flor, de cada hoja. Después de un tiempo de prensado, llega la emoción de abrir las prensas y descubrir las formas y los detalles únicos de cada flor…los colores desgastados con una patina casi mágica, algunos pétalos translucidos.