Un pequeño set para fabricar velas en casa de forma sencilla. Solo hay que enrollar cada placa de cera cuidadosamente en el cabo. Se puede hacer en ambos sentidos: en el del lado más largo para obtener una vela mas alta y fina; y por el lado mas corto, y la vela será más bajita y gruesa. La cera de abeja se consume y no gotea.
Para la abeja una flor es una fuente de vida, para la flor una abeja es una fuente de amor. La polinización hace referencia al desplazamiento o trasiego del polen desde una flor que lo produce, a otra flor de su misma especie, en principio, que lo recibe. Este fenómeno tan sencillo a primera vista, trae asociado unas consecuencias inmediatas y de gran trascendencia para perpetuar la vida vegetal. Flores e insectos constituyen un claro ejemplo de mutualismo entre el reino animal y el vegetal.
Antiguamente se creía que la cera era de origen vegetal. Los griegos (344 AC) escribieron que las abejas la raspaban con sus mandíbulas de los pétalos de las flores y que recogían secreciones gomosas de algunos árboles y lo llevaban en las patas a las colmenas. Posteriormente este concepto fue evolucionando y, sin descartar su origen vegetal, se incorporó el concepto de que las abejas hacían alguna elaboración de esa base. Finalmente, Hornbostel y Thorley, en 1744, escribieron que “las escamas salen del cuerpo de las abejas”.
El set de velas contiene:
- Seis placas de cera de abeja nacional
- Seis mechas de hilo de algodón